martes, 13 de noviembre de 2018

EL TEMA

La muerte sobrevuela la novela, tanto explícitamente con los asesinatos, como de una manera algo más velada. El autor no nos deja olvidarnos ni un momento de ello: la famosa polilla Acherontia styx no es una polilla cualquiera: en su tórax aparece un dibujo que se asemeja a una calavera y su apellido styx, hace referencia al río Estigia, río que en la mitología griega separaba el mundo de los vivos del de los muertos.

La luz y la oscuridad, enfrentados y sin embargo siempre unidos. El concepto del yin y el yang. En ambos existe la semilla del otro, sin el primero el segundo no podría existir. Blanco y negro, bien y mal, simbolizados en el cruel doctor Lecter y la valiente Clarice Starling: se repelen y, a su pesar, se necesitan, incluso se respetan, porque ambos reconocen en su contrario una chispa de sí mismos. Así, al final del libro Thomas Harris escribe, a través de las manos de Aníbal Lecter (escribo Aníbal tal y como viene en esta edición y no como parece que después decidieron que apareciera en todos los sitios: Hannibal), una nota a su muy admirada Clarice:

No hay comentarios:

Publicar un comentario